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Nuestros amigos de IRPEN nos han obsequiado para transmitir a todos nuestros segudores un artículo sobre lucernarios con datos muy interesantes e importantes que conocer, para el particular para enriquecer su saber y para el profesional para tener un conocimiento profesional más amplio y poder aplicar estos conocimientos en sus tareas cotidianas o esporádicas.
Anteriormente, ya destinamos un artículo a la presentación de nuestras placas de policarbonato compacto onduladas y grecadas LC, para relatar sus principales características, además de explicar los métodos habituales de manipulación e instalación.
Esta vez, vamos a centrarnos en sus
aplicaciones más habituales, siendo la instalación en lucernarios el más
usual, tanto en cubierta como en fachada en cualquier tipología de
edificación, desde edificios industriales, comerciales pasando por
instalaciones de carácter agrícola. Estas planchas rígidas de
policarbonato corrugado, se caracterizan por un elevado índice de
transmisión de luz, además que permiten el bloqueo de los rayos UV,
permitiendo así reducir el consumo energético de los edificios donde
están instaladas al iluminar el interior de los edificios con luz
natural.
El objetivo del artículo es realizar una
breve comparativa entre esta clase de placa y otros materiales
utilizados para esta tipología de cerramiento.
LC / VIDRIO
Una de las ventajas más destacadas, y uno de los motivos por el que el policarbonato se ha abierto camino en este tipo de instalaciones, es su extremada ligereza.
Su densidad es de 1,2 g/cm³, claramente inferior a la de un vidrio,
rondando esta los 2,5 g/cm², siendo el LC un material con peso inferior a
la mitad de una misma lámina de vidrio.
Otra característica destacable es su elevada resistencia al impacto,
hasta unas 200 veces superior en este caso y una tipología de rotura
frágil, si hablamos de un vidrio flotado, en ambos casos. Esta
característica, hace que sea un material que se rompa en grandes
fragmentos con puntas agudas y peligrosas para el manipulador o usuario
final. Por lo que, para aumentar su seguridad y resistencia se tendrán
de buscar variantes modificadas de este vidrio flotado, más costosas y
según la elección de tipología más pesadas, al tener de añadir láminas
intermedias entre diferentes láminas de vidrio que modifiquen su
tipología de rotura y aumenten su resistencia al impacto.
Otro punto a comparar, es el
comportamiento de ambos desde un punto de vista óptico, podemos decir
que el policarbonato compacto corrugado es algo mejor. El LC tiene un índice de transmisión de luz, con un valor del 92%,
algo mejor al 89% que tiene el vidrio. Esta propiedad, al tratarse de
instalaciones a la intemperie, mientras que en el LC puede ir variando
con el paso de los años, el vidrio se mantiene estable y no amarillea.
Aunque, el vidrio común permite el paso de una proporción de rayos UV,
para impedir el paso de estos hemos de trabajar con vidrios laminados.
LC / FIBRA DE POLIÉSTER REFORZADO (GRP)
En este caso, ambos materiales son ligeros,
aunque con densidad algo mayor en el caso del poliéster (entre 1,5 a
1,8 g/cm³), y pensados para esta tipología de instalación y uso. Aunque,
si nos detenemos en sus propiedades mecánicas, se ha de decir que la resistencia a la flexión es superior en el caso del GRP,
siendo de 15 kN/cm² respecto a los 9,3 kN/cm² del policarbonato
corrugado, aún con esta diferencia en ambas opciones, con la estructura
dimensionada adecuadamente la relación de luces y cargas a la que pueden
ser sometidos será parecida, aunque algo mayor en el caso del poliéster
reforzado. El GRP además, tiene un coeficiente de dilatación de un valor 3,5 x 10⁻⁵ m/m ºC, claramente inferior al
6,5 x 10⁻⁵ m/m ºC del LC, por lo que no tendremos de dejar tanta
holgura para permitir el movimiento de la placa alrededor de los
elementos de fijación mecánica.
En cambio, si nos fijamos en su comportamiento respecto a su resistencia al impacto, apreciaremos una clara ventaja al usar el policarbonato corrugado respecto al poliéster reforzado.
Mientras que el primero, para un cálculo realizado con un mismo espesor
de 0,8 mm, la resistencia resultante será de 53,96 ± 71,1 J el segundo
dará como resultado < 4 J, no resistiendo un golpe directo causado
por un objeto grande y pesado, pues las placas son más frágiles y con el
paso de los años, estas se vuelven quebradizas.
Desde el punto de vista óptico, también podemos decir que el comportamiento del policarbonato compacto corrugado es mejor. En primer lugar, su índice de transmisión de luz, con un valor del 92%, es algo superior al 86,3% que tiene el GRP
(ambos resultados para un mismo espesor de 0,8 mm). Esta propiedad al
tratarse de instalaciones a la intemperie, se ve incrementada
notablemente con el paso de los años. Mientras que el índice de amarilleo del LC sólo varía en 3,51 respecto a la muestra original, la variación del índice de amarilleo del poliéster reforzado es más notable, variando hasta 14,4
respecto a la placa instalada inicialmente. Como resultado de este
deterioro, la eficiencia lumínica de la instalación desciende
notablemente en el caso del GRP, mientras que, en el caso del corrugado,
la transparencia del lucernario se mantiene durante la vida útil de la
placa.
LC / PVC CORRUGADO
En este caso, ambos materiales son ligeros, y con unas densidades muy parecidas, los dos son resistentes a una amplia gama de productos químicos, aunque en el caso del segundo su comportamiento es mejor en ambientes agresivos. Las placas de PVC son altamente resistentes a ambientes químicos corrosivos lo que su uso en plantas químicas, instalaciones en minas y puertos está altamente recomendado.
Aunque su resistencia al impacto también
es buena, y sus propiedades físicas no se alteran cuando están expuestas
a condiciones climáticas extremas, en climas como el nuestro hemos de
tener en cuenta a que temperatura de trabajo someteremos el lucernario.
Mientras que las placas de LC, mantienen su estabilidad dimensional en un amplio rango de temperaturas (de -50 ºC a + 120ºC), en el caso de las placas de PVC corrugadas, este intervalo se reduce notablemente (de -20 ºC a + 50ºC). Por
lo que, la elección de la tipología de acabado será muy importante,
pues si la placa supera los 50ºC de manera continuada su estabilidad
estructural se verá claramente alterada. Por ello, en instalaciones
pensadas en nuestro país es altamente recomendable usar colores opacos,
caracterizados por estabilizar la temperatura de la placa, como puede
ser el blanco opal u otros.
Fuente de Información #Irpen
Reeditado # FinestresEficients.es
Badalona 2 de Abril de 2018