Para muchos hogares comprar casa sigue siendo una quimera
24 de abril del 2014

Pero esa es la clave: esos llamativos descuentos están siendo aprovechados solo por unos pocos, porque para la mayoría de la clase media comprar una casa en España continúa siendo hoy una quimera.
¿Por qué? Los datos que publica el Banco
de España así lo prueban. Los expertos del sector coinciden en que la
llamada accesibilidad a la vivienda (aquella variable que establece si
es más o menos fácil adquirir una casa) tiene dos formas de medirse.
La primera consiste en poner en relación
el precio medio de la vivienda con los ingresos del hogar, entendiendo
como tales la renta bruta disponible de la familia. El último dato
publicado, referido al cuarto trimestre de 2013, establece que en España los hogares necesitan de media 5,8 años completos de renta para poder comprar una casa (se sobreentiende también de tipo medio). Pero ese dato, ¿es mucho, poco, se está reduciendo o ha aumentado?
Un análisis de la serie histórica que
publica el supervisor, que se remonta a 1995, revela que el máximo fue
de 7,6 y 7,7 años, casi 24 meses más de promedio; y se alcanzó en junio
de 2007, en plena vorágine del ladrillo. Es decir, que el
esfuerzo que deben realizar las familias españolas se está reduciendo,
aunque no al ritmo que los expertos creen que sería deseable para que vuelva cuanto antes al nivel considerado como óptimo, aquel que se registraba antes del último boom inmobiliario. Y es que a finales de la década de los noventa la media de esa ratio no llegaba a los cuatro años de renta (3,7).
Financiación más cara
Esto quiere decir que bajar casi
dos años esa ratio ha costado un total de seis ejercicios (de 2007 a
2013) y que ha sido casi en exclusiva gracias a la disminución del
numerador, que no es otro que el precio de los inmuebles. De hecho, los expertos consultados aseguran que su reducción se está frenando en los dos últimos años porque en ese tiempo también
se ha moderado, y de qué manera, el denominador, que no es otro que la
renta bruta disponible, principalmente los salarios. Así,
mientras de 2011 a 2012 la ratio disminuyó de 6,5 años a 6,0; en el
último año apenas lo ha hecho hasta los mencionados 5,8 de finales de
2013, coincidiendo justo con la aceleración protagonizada por la caída
de los sueldos.
¿Será capaz de disminuir hasta esos
cuatro años de nivel idóneo que piden los expertos? Nadie se atreve a
vaticinar un sí o un no y mucho menos el tiempo que se tardará. Lo más
probable es que el numerador, o lo que es lo mismo el precio de las
casas, continúe bajando aunque sea de forma más moderada que hasta ahora
para pasar a estabilizarse después y apenas sufrir variaciones. Y el
denominador, o los sueldos, lo lógico es que se mantengan planos al
menos los dos próximos años. Ir más allá en los pronósticos, dicen los
expertos, es hacer ciencia ficción.
La segunda forma de medir la accesibilidad es calcular qué porcentaje de los ingresos mensuales de una familia tipo deben ser destinados a financiar la compra de su casa.
La estadística del Banco de España distingue el esfuerzo con
deducciones fiscales y sin ellas, aunque ya desde enero de 2013 los
compradores de vivienda no pueden desgravarse en el IRPF por la
adquisición de su residencia habitual.
La última cifra publicada, de nuevo de finales del año pasado, establece que los hogares destinan un promedio del 33,2 % de su renta mensual al pago de su casa,
ya sea con o sin deducciones por la mencionada eliminación de esa
desgravación. En este caso, se trata de una cifra todavía importante, ya
que equivale al porcentaje que los bancos creen que no debería
sobrepasarse nunca para garantizar que la familia podrá pagar su
vivienda con cierta comodidad. Pero lo cierto es que llegó a
alcanzar el 52 % de los ingresos sin deducciones y el 42 % con ellas,
todo un suicidio colectivo, en opinión de los expertos, para una
economía como la española tan dependiente del consumo. Y ya se sabe, a más hipoteca…, menos gasto de cualquier otro tipo.
¿Es deseable ese 33 % de esfuerzo en el
que parece anclado en la actualidad? Si es el nivel máximo recomendable
por la banca, lo más positivo sería que disminuyera. Los mínimos fueron
del 20 % con deducción fiscal allá por 1999, con tipos de interés
históricamente reducidos y los precios de las viviendas aún bajo
control. Ahora, el endurecimiento de las condiciones de acceso
al crédito y los mayores diferenciales que aplican las entidades dan
como resultado una financiación más cara y hacen poco probable volver a
esos niveles de esfuerzo, aunque sería lo deseable.
Elvijilante Badalona Abril 2014
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